Durante los últimos años, desde el Gobierno central se están promoviendo iniciativas políticas para que un derecho fundamental como el de la igualdad entre sexos, recogido en textos de derecho internacional de organismos como la ONU o la propia UE, se aplique de manera contundente en todos los ámbitos de la vida real de los ciudadanos.
Con este último acuerdo aprobado, España se consolida como uno de los países con una legislación más avanzada en materia de igualdad. El Plan se fija como objetivo esencial convertirse en una herramienta que garantice la igualdad efectiva entre sexos dentro del empleo público.
Para ello, articula cuatro ejes de actuación:
Desde luego, no se trata de una normativa que vaya a conseguir que todos sus efectos positivos se materialicen inmediatamente. Pero es un instrumento de un valor excepcional para ir avanzando en el camino correcto.
Como aspirantes a convertirnos en funcionarios de carrera, siempre habíamos considerado que nuestro esfuerzo e inversión en la preparación para aprobar unas oposiciones, se veía compensado por los beneficios que estos puestos de trabajo conllevaban. En la balanza, temas como la conciliación laboral y familiar son decisivos a la hora de planificar a largo plazo nuestra carrera profesional. En el Plan de Igualdad, se especifica como una de las metas tomar todas las medidas posibles en este sentido: ordenación del tiempo de trabajo, corresponsabilidad, posibilidad de teletrabajo u organización del tiempo atendiendo al cumplimiento de objetivos, entre otras.
Las ventajas de conseguir este equilibrio entre hombres y mujeres afectarán de manera positiva a ambos sexos. La protección de derechos básicos y la lucha frente a lacras sociales como la violencia de género o el acoso sexual, con la adopción de normas preventivas y correctoras ante estas situaciones, son un avance que debe ser celebrado por todos.