Preparar oposiciones, razones de peso. Yo, funcionario, claro

EMPLEO PÚBLICO

Este año es tu oportunidad. Entre las 35.895 plazas convocadas por el Estado y todas las que convocarán organismos locales, provinciales y autonómicos alguna tiene que ser tuya. Somos muchos los sacrificados pero también son muchas las plazas.


Algunos critican que cada año saquen más plazas de funcionariado, dicen que se está burocratizando en exceso este país, pero para todos los opositores es un año de sueños. Mientras estudiamos tenemos una visión, más clara que nunca, un objetivo en un horizonte más cercano que otras veces.


Los medios y muchos empresarios han criticado que, según el estudio «Los jóvenes españoles ante la empresa y el mercado», elaborado por PeopleMatters sobre una muestra de 1.802 chicos y chicas, el 65% de los jóvenes entre los 18 y 30 años deseen ser funcionarios. Critican que odiemos la incertidumbre, los sueldos bajos y retrasados y las jornadas partidas y maratonianas. Luego, se limitan a llamarnos cómodos.


Y ahora, los opositores, empleados durante años en tan desagradable y desagradecido paso previo a un trabajo realmente de calidad, nos reímos. No nos queda otro remedio.


Llegar a ser funcionario no es fácil, todos lo sabemos. Años de estudio, solos durante horas encerrados en cuartos pequeños, ansiedad, y otras tantas consecuencias, no son para nada. Si la empresa privada nos diera lo mismo, para qué tanto esfuerzo.


Empiezas a preparar las oposiciones con toda la ilusión del mundo y los tuyos te miran como un loco. ¿Estas seguro que tanto esfuerzo merece la pena? ¡Pero si sólo hay diez plazas! ¡a lo mejor tiras dos años de tu vida! ¿Cómo no va a merecer la pena?


“Tengo 25 años, una carrera, un master, estuve un año de Erasmus aprendiendo inglés y tras unos cuantos contratos temporales, bastantes entrevistas de trabajo, aún no he pasado nunca de los mil euros mensuales. Trabajar de lo mío no es un sueño, es una pesadilla, 500 euros de becario y diez horas al día. Y pensar en estabilidad me provoca escalofríos. Alguien puede responsabilizarme de querer un futuro mejor”.


Este es el pensamiento de los miles de opositores que se sacrifican diariamente en pro de la soñada estabilidad, un sueldo digno, flexibilidad horaria y posibilidad de ascender. El pensamiento de muchos de nosotros.


El mito del funcionario vago y sin responsabilidades no entra en tu cabeza. Tu quieres trabajar, y mucho, pero que te valoren por lo que eres, por lo que puedes dar, por tu formación.


La verdad, las razones de peso a la hora de preparar oposiciones son otras, y son las mismas para la mayoría de ese 65% que señala el estudio.


- Un EMPLEO FIJO que me permita la codiciada estabilidad. Para qué queremos tanta estabilidad se preguntaran, pues es evidente, para lo que todos. Poder comprarse un piso y pedir una hipoteca sin que te miren como un demente en el banco.


- Una empresa que te pague con regularidad, si es posible, siempre el último día del mes, para que la hipoteca y otros gastos no te dejen siempre en números rojos.


- No tener un superior que te falte al respeto, que pueda hundirte hasta que dejes el trabajo.


- Si somos de los millones de universitarios que hay en nuestro país, una empresa que nos ofrezca la posibilidad de PROGRESAR PROFESIONALMENTE, aunque sea estudiando o por méritos, gracias a la promoción interna.


- La oportunidad de trabajar de lo tuyo, aunque no sea desde el principio, con el sueldo digno correspondiente.


- Las soñadas PAGAS EXTRA, las 14 pagas son un gran incentivo.


- La FLEXIBILIDAD LABORAL. Ser funcionario es la alternativa para muchísimas mujeres que ven en el empleo público la única forma de conciliar la vida profesional con la familiar.



Os suena todo esto, verdad. Son tus motivos, los de todos. Es lo que hace que todo este esfuerzo valga la pena.


Actualmente, hay tres millones de funcionarios y, si las cosas siguen como siguen, ojala haya muchos más. Es la solución para muchos ya que los empresarios están lejos de ofrecer dichas condiciones.


Dicen que la empresa privada no puede, que la productividad de los trabajadores no es tal y por tanto, es imposible darles esas condiciones laborales. Pero, no será que es un círculo vicioso. Sin productividad no hay buenas condiciones y sin éstas los trabajadores, desmotivados, no rinden. Esta sociedad tendrá que mover ficha si no quiere que todos seamos funcionarios.


De momento, como dudarlo, “yo, funcionario, claro”.

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