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Evolución de las Oposiciones de Educación Social en la Administración Pública

Evolución Educación Social

Ya podemos decirlo sin tapujos, y sin temor a equivocarnos: las oposiciones de educación social están de moda.

Los últimos 20 años han sido, en nuestro país, la historia del avance de la diversificación, especialización y evolución de la intervención social profesionalizada. El grueso de las actuaciones en acción social, que hasta finales del siglo XX se concentraban en la iniciativa privada encarnada por el tercer sector, o bien por un modelo de intervención desde la Administración tendente a la uniformización y al exceso de burocratización, ha abierto sus puertas a la adaptación a las muy diversas y cambiantes necesidades de la población.

 

Oposita a Educador Social

Aumento demanda Educadores Sociales

Y es un proceso que a día de hoy no se ve limitado en el horizonte sino más bien al contrario. No se atisba a simple vista un final cercano para dicha evolución y progreso. Y es que los procesos de intervención social se están enriqueciendo en un doble sentido:

  • Por un lado, cada vez existen más tipologías de intervenciones, buscando un mayor grado de adaptación a las circunstancias de cada persona usuaria o incluso potencialmente usuaria. Así, lo que, hasta hace unos años, si no un mero “café para todos”, sí era un “solo, cortado o con leche”. En la actualidad se ha convertido en una amplia gama de servicios que, articulados entre sí (con mejor o peor suerte, eso es cierto), se alían según necesidades, para dar cobertura a casuísticas muy cambiantes, y muy difíciles de encorsetar. Porque la realidad social no es constreñible. Cada vez menos, y las vidas de las personas y los grupos sociales, aún menos. Así que, en buena lógica, las propias Administraciones ya se han dado cuenta de esto, y esta línea, que apuesta por dar solución ajustada, en base a la combinación de respuestas posibles, todo indica que va a ser la siga presidiendo los caminos de la evolución de la intervención social.

    Esta afirmación no es en absoluto gratuita y encontramos diversos datos que la respaldan: la diversidad de disciplinas, con diversas funciones y tareas, que están pasando a engrosar equipos, recursos, centros de servicios sociales de diversos tipos, el aumento de coordinaciones y de la interdependencia entre recursos y equipos, el aumento del uso de conceptos hasta hace poco novedosos en los servicios sociales profesionalizados como el trabajo en red, la programación centrada en la persona (y no en el servicio), la resolución de los conflictos y la mediación, y un largo etcétera.
     
  • Pero es que, además, y en un segundo término, dicho aumento en las tipologías de intervenciones se une a un aumento de las intervenciones y de los ámbitos de actuación de las mismas. Así, la intervención desde los clásicos centros de servicios sociales comunitarios, de atención primaria o básicos, ha dado en enriquecerse, sí, con diversas figuras profesionales (psicología, educación social, integración social…), pero también con más servicios sociales especializados, con más prestaciones para diversas casuísticas, y, también con nuevos ámbitos para la intervención.

Y esto lo vamos a entender mejor, básicamente, con ejemplos. Ejemplos que no necesitamos rebuscar en los márgenes de la intervención social, sino que están ahí, enfrente nuestro, y nos hablan con claridad:

  • Cada vez más Comunidades Autónomas cuentan con la presencia de la educación no formal (protagonizada por la educación social) en sus centros escolares, tanto de educación infantil como de primaria y secundaria.
  • La educación social ya está consolidando su papel, tanto social como educativo, en los centros penitenciarios de todo el territorio, y de todos los territorios.
  • La educación social ya está integrada, no sólo en los tradicionales servicios sociales, sino en servicios de empleo, en centros para personas con discapacidad o diversidad funcional, en materia de igualdad de género y de prevención y tratamiento de la violencia de género, en centros y pisos para menores.

Toda esta evolución de “lo social”, ha encontrado en “lo educativo”, el necesario trampolín, refuerzo y leiv motiv para profundizar en fórmulas interventivas que realmente aportan soluciones ajustadas a las nuevas necesidades y a la enorme amalgama de nuevas realidades, cada vez más diversificadas y singularizadas, existentes en el contexto social que nos rodea. 

Y dichas necesidades van a continuar creciendo, y evolucionando, y cambiando. Y la educación social ya está ahí, ocupando un lugar que ya ha trascendido el activismo social de hace unos años, para convertirse en el hecho diferencial que permite ya a todo tipo de administraciones plantear más y mejores vías de mejora de la calidad de vida a su ciudadanía de todo tipo y condición. 

Porque la intervención social ya ha sobrepasado el límite de actuar “con personas necesitadas”, ese concepto caduco y ya en camino de quedar superado. En la actualidad ya se entiende que todo Estado de Bienestar ha de velar por un concepto de salud integral, por un a idea de prevención con mayúsculas, por el desarrollo personal, grupal, comunitario y social de la ciudadanía, por la atención a cada necesidad, eso sí, bien contextualizada, por el desarrollo y profundización, en definitiva, del concepto de ciudadanía y de participación, y de una sociedad que ha de caminar hacia lo inclusivo, o, simplemente, dejará de caminar.

Plazas Educación Social

Y todo esto, podría ser un espejismo, al fin y al cabo. Podría no tener mayor recorrido que una moda. Que el “ensayo”, de un “ensayo-error”, y “pasemos a otra cosa”. Todo esto podría ser cierto si no fuera porque los hechos son tozudos y nos aportan los datos que nos aportan, y no otros. Y esos datos nos dicen que el crecimiento de las plazas públicas de educación social ofertadas y/o convocadas en el año 2020, para muy diversos tipos de recursos, prácticamente duplicaron a las de 2019. Las de 2021, triplicaron y más, las de 2020 y, en mayo de 2022, ya habíamos superado la cifra de plazas de 2021. En todo tipo de administraciones y para cubrir más tipologías de servicios diferentes, y de ámbitos diversos.

Así que: sí. Es cierto. La Educación Social vino para quedarse y también para transformar la estructura de las propias intervenciones tal y como eran concebidas. Y en un proceso imparable, afianzándose con su propia metodología, en cada Administración, que es lo mismo que decir, en cada territorio, en cada localidad, en cada barrio. Suyo, nuestro, es el deber, ahora, de responder a esa confianza proporcionando soluciones reales y explorando caminos que abran nuevas vías de colaboración, de participación, de protagonismo del ciudadano y la ciudadana para mejorar su vida y la de todos y todas. Llegar aquí era sólo el principio. Pero ya estamos aquí. Ahora a trabajar.

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7 respuestas a Evolución de las Oposiciones de Educación Social en la Administración Pública

Rebeca 14 de febrero del 2023
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Este año termino el grado en Educación Social y tengo claro que quiero opositar, ¿podría empezar ya aun sin haber acabado todavía? Muchas gracias por su atención.

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Opositor 24 de febrero del 2023
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Hola Rebeca ¡por supuesto! Puedes empezar a prepararte cuando lo desees. Para más información, solo tienes que visitar nuestra página web y rellenar el formulario sin ningún tipo de compromiso: https://www.opositor.com/educacion-social-servicios-sociales. Un saludo.

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Timoteo 13 de febrero del 2023
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Un artículo muy interesante

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Mireia 13 de febrero del 2023
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Estoy estudiando Educación Social y desde luego, en cuanto acabe quiero opositar. ¡Gracias por el artículo!

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